El Diablo es pobre

En las ciudades de nuestro tiempo, inmensas cárceles que encierran a los prisioneros del miedo, las fortalezas dicen ser casas y las armaduras simulan ser trajes.
Estado de sitio. No se distraiga, no baje la guardia, no se confíe. Los amos del mundo dan la voz de alarma. Ellos, que impunemente violan la naturaleza, secuestran países, roban salarios y asesinan gentío, nos advierte: cuidado. Los peligrosos acechan, agazapados en los suburbios miserables, mordiendo envidias, tragando rencores.
Los pobres: los pelagatos, los muertos de las guerras, los presos de las cárceles, los brazos disponibles, los brazos desechables.
El hambre, que mata callando, mata a los callados. Los expertos, los pobrólogos, hablan por ellos. Nos cuentan en qué no trabajan, qué no comen, cuánto no pesan, cuánto no miden, qué no tienen, qué no piensan, qué no votan, en qué no creen.
Sólo nos falta saber por qué los pobres son pobres. ¿Será porque su hambre nos alimenta y su desnudez nos viste?

Eduardo Galeano, en su libro "Espejos".

2 comentarios:

  1. Funes de la Torre says

    La ultima frase fue electrizante, es verdad, hay un racismo encontra del pobre, en contra del que vive en una villa misria, aunque nunca pase nada en general(como en todos lados), la torta esta mal repartida, pero nadie quiere compratir de su pedazo.
    Buena entrada
    Funes
    http://funesdelatorre.blogspot.com/


    Solange says

    Muy bueno!
    La verdad que si no existieran los pobres los gobiernos de turno no podrían hacer sus grandes "obras de bondad". No tendrían como poner a la gente contra la pared cuando les dicen "me votas a mi y tienen para comer", "vengan a mi presentación de campaña por 10 pesos", entre miles de ejemplos más. Algo, la verdad, muy lamentable, que sin duda la solidaridad que ejercen entra en el grupo de "verdades que mienten".


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