Verdades Que Mienten

Como Berlín 1936 o los Campeonatos del Mundo de Fútbol Masculino Italia ’34 o Argentina ’78, un nuevo capítulo de los Juegos Olímpicos se escribirá en las hojas de un Gobierno que no respeta los derechos humanos.
La gran cita olímpica esta vez recaló en Oriente, más precisamente en China, más precisamente en Beijing (o Pekín). Es la edición número 25 de la Era Moderna instaurada por el barón francés Pierre de Coubertin (Atenas 1896), por más que a Beijing el Comité Olímpico Internacional (COI) le asigne el número 29. Claro, el COI cuenta por períodos olímpicos, las denominadas olimpiadas (lapso de cuatro años que se da entre el final de un Juego y el comienzo del próximo) por más que durante las dos Guerras Mundiales no se hayan celebrado los tres Juegos correspondientes (1916-1940-1944). Pero la elección de Beijing no fue casual y así lo explica el periodista Ezequiel Fernández Moore: “¿Ingenuidad? No. El COI no fue ingenuo cuando mantuvo a Berlín como sede de los Juegos del 36 aún después del ascenso del nazismo al poder. No lo fue cuando eligió el dinero de Atlanta, la ciudad de la Coca Cola, y no la historia de Atenas para celebrar en 1996 los Juegos del centenario. Y menos lo fue cuando designó a Pekín. Ahora, debe cuidar el ‘espíritu olímpico’ a fuerza de policías”.
Beijing fue elegida en 2001 como sede olímpica y China no era una democracia por esos días y tampoco lo es ahora. Pero ya asomaba como un gigante comercial (con alrededor de mil trescientos millones de habitantes es el país más poblado del mundo) al que hoy todos abren sus puertas y, paradojas de la política, el Comunismo forma parte fundamental del gran negocio capitalista.
Hoy, a tan sólo dos días de la gran cita, sabemos que el monstruoso gasto de China en estos Juegos fue de ¡40 mil millones de dólares! de los cuales 500 fueron destinados a la construcción del nuevo Estadio Olímpico Nacional (capacidad para 100 mil espectadores), donde se realizará la Inauguración. Esto sólo como presentación internacional. Los chinos están empecinados en demostrarle al mundo cuan grandioso es su crecimiento, en mostrarse como un país ejemplar, en seguir acercando negocios multimillonarios, en realizar los Juegos más perfectos de la Historia.
Por ello, hoy ya no se habla de boicots ni del escandaloso recorrido de la Antorcha por el mundo. Por eso asistirán a la Ceremonia Inaugural más de 80 mandatarios extranjeros (el doble que en Atenas ’04) con George Bush a la cabeza. Por eso habrá jefes de Estado y de Gobierno, familias reales, ministros, secretarios de Estado y alcaldes y estarán también los líderes de las principales corporaciones económicas (Bill Gates, General Motors, McDonald’s y demás firmas que forman parte del amplio rango de sponsors olímpicos).
China ha demostrado que no le interesan hoy los reclamos de la comunidad internacional por la violación a los derechos humanos dentro de sus fronteras. Rompió sus promesas de revisar sus políticas e “incrementó la represión para ‘limpiar’ a Beijing, evitar ‘protestas’ durante las Olimpiadas y ‘garantizar un clima de estabilidad y armonía’”, según denuncia un informe elaborado por Amnistía Internacional hace pocos días y que Fernández Moore rescata en su nota del 29 de Julio.
El Partido Comunista que gobierna el país desde hace más de 50 años, con tal de salvaguardar estos Juegos en donde Beijing y todo el país estará expuesto a las miradas de miles de millones de personas en todo el mundo, han impuesto a todos los atletas la firma de una carta olímpica para evitar que se desbanden en declaraciones y/o actos en plena competencia o en el mismo podio, tal como ocurrió en los Juegos de México ’68 con el Black Power (durante la entrega de medallas de los 200 metros, los estadounidenses Tommie Smith –Medalla de Oro- y John Carlos –Bronce- agacharon su cabeza y levantaron su puño cubierto por un guante negro, reinvindicando la lucha de la raza negra ante los abusos y la discriminación sufrida en su país y en el mundo. La difusión que tuvo este acto heroico fue tal que dio una gran fuerza a la raza para seguir combatiendo y reclamando por sus derechos. Como no podía ser de otra manera, ambos atletas fueron expulsados de la delegación y deportados a su país como si fueran presidiarios). Otro Black Power es lo que no desean las autoridades chinas.
Además, se limitaron los derechos a protesta y sólo se podrán realizar en tres parques públicos especialmente designados, con una autorización previa y, por supuesto, no deberán violar las leyes chinas.
Sabemos el grado de susceptibilidad que vive el planeta desde el 11 de septiembre de 2001 tras los atentados ¿terroristas? que sufrieron los Estados Unidos. Entonces, China, atento a esto y conociendo los rumores de ataques durante los JJ.OO., no quiere que ningún detalle quede fuere de su alcance y, además de colocar misiles antiaéreos en las inmediaciones del Estadio Nacional, “ha instalado millones de cámaras de seguridad controladas por computadoras a distancia y conectadas a otras formas de vigilancia” para conocer al instante qué puede estar haciendo algún ciudadano sospechoso, afirma Fernández Moore. Y cuando señala “ciudadano sospechoso” se refiere todo aquel que disienta con las ideas totalitarias del Gobierno comunista chino. De esta manera fueron reprimidos y arrestados líderes en los levantamientos del Tíbet (tierras apropiadas por China que no le pertenecen) y los de Maxingzhuang que aún protestan porque sus lugares fueron expropiados violentamente e indemnizados magramente para construir allí la pista oficial de canotaje para los Juegos.
Continuando con los datos destructivos del proyecto olímpico chino, Fernández Moore enumera: en 10 años “las topadoras desalojaron a medio millón de ciudadanos (…), y demolieron sectores enteros y escenarios míticos de la capital imperial, para sustituírlas por gigantescas galerías comerciales y un total de 800 hoteles de lujo que albergarán a 4.4 millones de turistas extranjeros y a 150 millones de turistas internos” que vivirán de cerca la cita olímpica (los datos numéricos fueron tomados desde una sola fuente dada la diversidad e inexactitud de todas las consultadas dado el tamaño de la competencia).
Pero la violación de los Derechos Humanos en China no se limita a estas restricciones y destrucciones. A saber: aquellos “trabajadores migrantes que construyeron la Beijing olímpica fueron” utilizados y ahora “obligados a dejar la ciudad”, cuenta Fernández Moore y, a su vez, agrega: “Habrá este año en China unas 3.000 penas de muerte”. Según la fundación del conocido activista chino de Derechos Humanos, Harry Wu, “entre 8.000 y 10.000 prisioneros morirán en los campos de trabajo y sus órganos servirán para que China sea el segundo país del mundo en transplante de órganos.

Recordemos, también, las persecuciones, amenazas y censuras a periodistas, más los encarcelados por disentir con el Gobierno comunista.
Tras esto, la cara más oscura de Beijing, deportivamente hablando, es el smog que cubre la ciudad y que la hace una de las más contaminadas del mundo. Esto hace pensar a muchos que puede perjudicar a varias disciplinas. Pero como dijimos, China está precavida de todo y contra todo: el ejército ha plantado más de 500 mil árboles en la vecina Mongolia para mejorar el aire en Beijing.
Para no verse perjudicados con las lluvias, dada la costumbre por esos lados de constantes precipitaciones por estas épocas (a pesar de que los meteorólogos son optimistas porque este año el temporal se ha adelantado) tienen preparado para dispersar las nubes, el disparo de químicos (yoduro de plata) antes que el cielo deje caer sus primeras gotas, atentando contra la naturaleza y rentándola a duelo.
Los más de 16 mil atletas repartidos en 302 competencias representando a 28 deportes, están terminado de asentarse en la Villa Olímpica. La mayoría de ellos conocen cuál es la situación del país asiático, pero separan el deporte de la política, van a competir y nada más. Es entendible porque realmente no son ellos quienes tienen que tomar cartas en el asunto y los que deben hacerlo se lavan las manos. Aunque sería lindo ver rebelado a alguno de ellos y apreciar un nuevo “Black Power” en las propias narices del totalitarismo, haciéndole saber y entender que por más restricciones que imponga, no puede impedir la inmediatez e improvisación en determinados momentos de los seres humanos más compremetidos.
El show está por comenzar. Para cerrar me quedo con las palabras que dejó plasmadas el escritor contemporáneo chino Mo Yan –considerado el más importante de China- en el diario italiano Corriere Della Sera: Esperemos que, además de que se demuestre el lanzamiento chino como una de las grandes potencias mundiales y sus grandes desarrollos tecnológicos aplicados al deporte, en estos Juegos Olímpicos se observe también “la ausencia de la democracia, a las franjas más débiles de la población olvidadas, sin cuidado sanitario y sin derecho a enfermarse porque las curaciones cuestan el salario de uno o dos años, millones de pobres explotados por unos pocos burócratas corruptos”.

“The Show Must Go On” (El Show debe continuar) - Palabras del Comité Olímpico Internacional tras la masacre de los deportistas israelíes a manos de terroristas en los Juegos de Munich 1972 que, tras 34 horas de suspensión, continuó.

Fuentes de Información:

Weblogs La Nación. Los Especialistas/8 Abril 08 - 29 Julio 08 /Ezequiel Fernández Moore

Diario Miradas al Sur - Domingo 6 Julio 08

http://es.wikipedia.org/wiki/China

Fotos Gentileza:

vamosagaratusear.blogspot.com
bquilla.blogspot.com
enerpac.net

bbc.co.uk